martes, 19 de febrero de 2013

La cultura emprendedora


Quizás la bonanza de años atrás haya favorecido el acomodo a que nos lo den todo hecho, pero ahora nos encontramos ante nuevos retos que nos obligan a cambiar nuestra actitud e iniciar la búsqueda de alternativas que nos permitan acceder al mercado laboral contando con dos potenciales que tal vez están inexplorados: la propia persona y el entorno inmediato.

Toda vez que hemos tenido la oportunidad de visitar y entrevistarnos con los miembros de una cooperativa de Valencia del Ventoso, lo primero que me ha llamado la atención es la autoconfianza de sus miembros y su perseverancia. Primeramente para realizarse como personas con capacidad productiva contando con sus propias posibilidades; segundo, para buscar la oportunidad dentro del propio entorno, explorando su potencial, promocionándolo y satisfaciendo las necesidades de empleo de una determinada zona.

Quizás nos falta decisión, pero también la confianza que mencionaba arriba y sobre todo, observar nuestro medio, su riqueza, y abandonar el lastre que nosotros solos nos hemos colgado creyendo que en nuestra tierra no hay posibilidades.

Después de esa decisión, valentía, y sobre todo, la perseverancia que mencionaba arriba. Luego podremos extraer de nuestro potencial humano y también de nuestra propia tierra los elementos que necesitamos para subsistir en un mundo feroz en el que ya no vale demandar empleo y sentarnos a verlas venir.

El autoempleo es la salida que se propone desde todos los ámbitos como solución al marasmo laboral que sufrimos. Y en medio de todo esto, algo sumamente importante: la capacidad de trabajar en equipo, aceptando que no todos valemos para todo, confiando también en las posibilidades de los otros y formando un bloque donde cada quién aporta su medida en forma de diversidad de capacidades.

Por último, otro punto importante es ser conscientes de aquello que nos contaron en la visita a la cooperativa: que una cooperativa no te hará rico pero te permitirá subsistir. Yo podría añadir que además subsistir con la satisfacción de haber dado la talla como persona con muchas capacidades. Porque esa satisfacción pude comprobarla en sus rostros y en su forma de contarnos sus muchas vicisitudes hasta llegar a ser una empresa madura y solvente.

Así que recordemos las cualidades necesarias y pensemos cuáles poseemos para ponerlas al servicio de nuestro crecimiento personal, económico, social y cultural:


CREATIVIDAD
INNOVACIÓN
LIDERAZGO
COOPERACIÓN
INVESTIGACIÓN
AUTONOMÍA

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